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EL FINAL DE LA GLOBALIZACIÓN Y EL INICIO DE UN NUEVO MUNDO



Es posible que estés viendo este artículo en un dispositivo que para poder existir ha recorrido todo el mundo. Podría sonar como una exageración, pero no lo es.

Tienes al frente el resultado de un proceso de integración económica que ha tomado décadas. Y que involucra a Taiwán con sus microchips. A Corea del Sur con sus baterías de celdas de litio, cobalto del Congo y níquel de Indonesia.

Una memoria RAM de singapur y parlantes de Alemania. Con una pantalla hecha de vidrio en Japón y sus componentes internos en Corea del Sur. Que fueron ensamblados en China. Y funciona con un sistema operativo creado en Estados Unidos. Entre una decena de países con aportes directos e indirectos.

En un verdadero milagro que ha ayudado a una gran parte de la población mundial a salir de la pobreza y del hambre. En un fenómeno que durante décadas dio forma al mundo como lo conocemos, borró las barreras y las limitaciones geográficas. Y fue la base del periodo de mayor prosperidad y avances tecnológicos de la historia de la humanidad.

Pero que ahora podría estar por desaparecer. Dando el comienzo a una nueva era. Con consecuencias devastadoras que van desde el estancamiento económico a la hambruna.

Bienvenido al final de la globalización.

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EL COMIENZO DE LA GLOBALIZACIÓN

El comercio internacional no es nuevo, y se remonta cientos de años atrás. Pero el comercio internacional que se desarrolló en el pasado gracias a las rutas marítimas y avances en navegación era muy diferente al actual.

Y se caracterizaba por desarrollarse entre los imperios con sus propias colonias. Además de por las peleas constantes entre ellos, que buscaban robar las mercancías de sus rivales. Haciendo que el comercio fuera reducido y poco eficiente, además de costoso.

Esto limitaba el crecimiento de los países porque su geografía servía como un polo a tierra de lo que podían hacer. Si un país no tenía una tierra fértil, por ejemplo, su cantidad de comida era limitada y estaba sujeto a hambrunas si su población crecía mucho.

Si un país no tenía capacidad para producir energía, entonces no podía industrializarse. Y todo lo que se desarrollara dentro de un país estaba fuertemente limitado por las materias primas que se producían en él.

Con las importaciones siendo escasas y muchas veces limitándose a bienes de lujo. Provocando que hubiera bajos niveles de especialización. Porque cada país debía producir prácticamente todo lo que consumía. Y esto provocaba una asignación de capital y recursos humanos poco eficiente.

Con el 60% de las personas trabajando en la producción de alimentos a inicios del siglo XX. El siglo en donde comenzaría a darse forma al mundo globalizado con el final de la segunda guerra mundial.

Y en donde el mundo quedaría dividido en dos: estados unidos y la unión Soviética, que buscarían expandir su esfera de influencia e implementar su sistema económico y de gobierno en otros países.

Y Estados Unidos, que tenía la armada más grande del mundo, optó por buscar consolidar su influencia con el comercio. Protegiendo las rutas comerciales marítimas de sus aliados a cambio de que no se unieran a los comunistas.

Porque aunque las personas podrían considerar estas rutas como seguras en el mar,  en realidad requieren de una gran protección contra piratas, grupos delincuenciales y otros gobiernos.

Y en la década de los 50’s y 60’s, Estados Unidos puso en marcha acuerdos como EFTA y EEC con países europeos, CAFTA con países de centro América y LAFTA con Latinoamérica.

Este cambio fue drástico para el mundo, que comenzó a tener más y más lazos comerciales e interconexiones.Que permitieron romper las barreras geográficas y que los países se especializaran en lo que mejor podían producir. Liberando recursos humanos, capital y cooperación que permitieron un rápido desarrollo tecnológico.

Además de acceder a economías de escala y reducir los costos de producción. Todo esto se vería amplificado en 1979 cuando China se unió a la alianza y comenzó a recibir inversión extranjera para producir en el país y aprovechar su numerosa población y bajos costos.

Con el microchip, que es la base de toda la tecnología moderna siendo tal vez el principal fruto de la globalización. Porque, aunque en un inicio se producía por completo en Estados Unidos, para producir la versión actual, es necesaria de la globalización.

Para hacer uso de maquinaría alemana, japonesa y de estados unidos. Litográficas que se producen en Holanda. Que cuentan con software de Estados Unidos. Con el uso de materiales japoneses y de singapur. Diseño de empresas de Estados Unidos, Japón y Corea. Para finalizar la producción en Taiwan y Corea del sur.

Cada país especializándose en unas cuantas partes del proceso y siendo incapaz de producir la versión más avanzada completamente por sí solo.

Y en la década de los 90’s la globalización se vería amplificada nuevamente gracias al desarrollo del internet, que permitió la expansión de un comercio no solo de bienes, sino también de servicios e información.

LAS VENTAJAS DE LA GLOBALIZACIÓN

A la globalización se le atribuyen gran parte de los avances tecnológico de las últimas décadas y el ser la base del acelerado crecimiento económico mundial.

Gracias al aumento de la productividad, especialización y economías de escala que han permitido producir y vender productos y servicios a precios mucho más bajos. Y siendo parcialmente responsable por la baja inflación del mundo de las últimas décadas.

Pero además se le atribuye la caída de la pobreza extrema, el aumento de la esperanza de vida y la disminución en prácticamente todos los países del mundo de las muertes por desnutrición. Sin embargo, como todo, la globalización también ha causado mucho daño.

LOS PROBLEMAS DE LA GLOBALIZACIÓN

En los 90’s comenzó a hacerse evidente un cambio de actitud hacia la globalización, en especial del país que más la impulsó en sus inicios.

Porque la caída de la Unión Soviética significaba que la razón que había dado origen a la protección de las rutas comerciales y al patrullaje de los océanos a cambio de no unirse al comunismo, ya no tenía razón de ser.

Además, la clase media de Estados Unidos estaba entre los grandes perdedores de la globalización. En especial aquellos que pertenecían a la clase obrera no especializada y que vieron sus industrias migrar a Asia y Latinoamérica. Llevando incluso a la aparición del llamado rust belt o cinturón de óxido.

Una región en el noreste y medio oeste de estados unidos que solía ser un importante centro industrial, especialmente en la producción de acero y manufactura.

Y cuyo declive resultó en altas tasas de desempleo, una disminución de la población y la aparición de áreas urbanas deterioradas y abandonadas.

Y aunque otros países desarrollados han puesto en marcha programas sociales para que estos trabajadores no queden relegados, este no ha sido el caso de Estados Unidos. Por lo que han podido verse algunos de los contrastes más grandes entre las personas beneficiadas y las afectadas por la globalización. Con la desigualdad aumentando considerablemente.

Y es que en un mundo globalizado y en crecimiento, aquellos que tienen capital, pueden convertirlo fácilmente en más. Si aun no es tu caso, tu mejor opción es aprender. Por eso, hemos creado una plataforma con un curso de trading gratis. También podrás conocer más acerca de nuestros productos y servicios.

Este inconformismo causado por la desigualdad, que no se limita a los estadounidenses, viene materializándose desde hace décadas, pero tuvo su detonante en el 2016.

EL COMIENZO DEL FINAL DE LA GLOBALIZACIÓN

Las elecciones de 2016 en Estados Unidos se destacaron por los candidatos presidenciales Bernie Sanders y Donald Trump, por una fuerte ruptura del molde usual del político estadounidense.

Con ambos, aunque estando en extremos ideológicos opuestos, oponiéndose fuertemente al acuerdo transpacífico de cooperación o TPP por sus siglas en inglés, que buscaba promover el comercio en la región Asia-pacifico.

Pero este evento no fue el único que ha sido identificado por analistas como parte de la primera fase del proceso de desglobalización. Con el Brexit siendo también uno de ellos. Y en donde el Reino Unido votó a favor de separarse de la unión europea.

Donald Trump fue elegido presidente derrotando a Hillary Clinton y basando gran parte de su plataforma en la idea de “america first” o América primero, en donde planteaba la importancia de que el país se dedicara a invertir sus recursos en ellos mismos y dejara de intervenir en el exterior.

Pero, además, por un fuerte enfoque en culpar un enemigo como causante de los problemas de la clase media estadounidense. Este mensaje resonó en muchas de las personas que se habían visto afectadas por la globalización y ponían sus esperanzas en un retorno de la producción al país.

Y en el 2018 comenzó una guerra comercial entre Estados Unidos y China, cuando el presidente Donald Trump impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio de varios países, incluido China. Y en julio de ese mismo año impuso aranceles del 25% sobre una gran variedad de productos chinos, acusando al país de prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual.

China respondió con la imposición de aranceles a productos estadounidenses como la soya, los automóviles y químicos. En una guerra que ha continuado escalando desde entonces.

Y más allá de si fueron las decisiones correctas o no, marcaron el inicio de una tendencia y dejaron claro el inconformismo de una parte considerable del público con la globalización. Algo que solo un año después se incrementaría notoriamente con el comienzo de la segunda fase.

LA PANDEMIA

El virus del COVID provocó como respuesta el cierre de fronteras y puso de manifiesto la interdependencia comercial que se había creado entre los países. Con los supermercados de todo el mundo sufriendo una rápida escasez en las primeras semanas de confinamiento.

Y aunque las restricciones se fueron levantando con el tiempo y las cadenas de producción se restablecieron, dejaron consecuencias para la globalización. Por un lado, porque hizo evidente que el mundo se había vuelto muy dependiente de China para la producción. Que al extender su política COVID cero, ocasionó serios problemas para muchas empresas.

Que decidieron optar por diversificar sus cadenas de producción más allá del gigante asiático, en lo que ha sido conocido como China+1. Que puso de manifiesto el cambio de enfoque de producir donde sea más económico, a hacerlo a buscar cadenas de suministro diversificadas y resistentes.

Otros países comenzaron a ver que se habían vuelto totalmente dependientes de otros para muchas de sus materias primas, alimentos, energía y productos básicos. Algo que se intensificaría con la tercera fase de la desglobalización.

LA INVASIÓN DE UCRANIA

Crear lazos comerciales con otros países sirvió durante décadas como una forma de diplomacia que evitó la guerra. Pero cuando Rusia invadió a Ucrania, Europa, en especial Alemania, que es su motor industrial, se encontró con que su economía se había vuelto completamente dependiente del gas natural de Rusia.

Para la producción de energía eléctrica y para la producción de petroquímicos, como los fertilizantes. Como respuesta a esta invasión, Europa, Estados Unidos, Corea, Japón y otros países impusieron sanciones a Rusia con el objetivo de acabar con su economía y que fuera imposible para ellos financiar la guerra.

Además, se prohibió la venta de tecnología avanzada para que no se pudiera producir armamento con ella. Y más allá de los efectos que tuvo en la economía rusa, que no pueden saberse con certeza, generó que productos como los microchips, el alimento y la energía, comenzaran a verse como estratégicos.

Esto profundizó un cambio de paradigma que venía dándose desde la pandemia y en donde los gobiernos comenzarían a pensar en muchos de sus productos en términos de seguridad nacional. Y Estados Unidos ha comenzado programas como inflation reduction act y chips for América, con los que busca aumentar la producción en el país, atrayendo empresas con subsidios.

Algo que ha resultado atractivo para muchas empresas europeas, que, ante la suspensión del suministro de gas ruso, no pueden seguir operando tan eficientemente como antes. Y para TSMC, la principal empresa taiwanesa de microchips, que está invirtiendo en plantas de producción en Arizona.

Mientras que Alemania, que había basado su industria pesada en el suministro de gas natural ruso, ahora se encuentra en serios problemas. No solo porque ha visto un aumento los costos de producción de energía y fertilizantes, que tienen el gas natural como su principal materia prima, sino que se está quedando sin trabajadores.

En la que podría ser la cuarta fase de la desglobalización.

EL COLAPSO DEMOGRÁFICO

La globalización facilitó el desarrollo industrial que provocó una amplia migración de las personas a las ciudades. Esta migración es una de las principales causantes de la caída en la tasa de fertilidad, que ha provocado que cada vez haya menos niños y las personas en promedio sean más viejas.

Como en general el mayor consumo lo tienen los adultos jóvenes, entonces los países industrializados que ven su población envejecer, suelen exportar más de lo que importan. Porque a nivel interno el consumo es bajo, pero la producción interna es alta.

El problema es que este envejecimiento ha provocado que muchos países deban recurrir a programas para atraer migrantes porque se están quedando sin trabajadores.

Y el consumo podría reducirse o estancarse a causa del envejecimiento poblacional, haciendo que se pierdan economías de escala, se aumenten los costos y en muchos casos no tenga sentido mantener el comercio internacional.

Si esto se llega a dar, entonces es de esperar que haya una pérdida de eficiencia y especialización que aumente los costos de producción, y haga más rentable la producción interna en algunos casos.

Beneficiando a algunas personas, pero afectando a todos los consumidores en general, que también se verían perjudicados por un aumento de los impuestos para sostener a la población mayor que no está trabajando.

Pero la peor parte sería para aquellos países que no están en capacidad de producir su propio alimento y dependen de sus exportaciones para tener dinero para comprarlo a otros. Si esas exportaciones dependen de economías de escala, alta inversión de capital o incluso suficiente demanda de materias primas, entonces podrían estar en serios problemas.

Que podrían llevarlos a una desindustrialización, para enfocar capital y recursos humanos en la producción de alimentos. Con aquellos que no cuenten con tierras suficientemente fértiles, viendo complejos episodios de hambruna.

EL FUTURO DE LA GLOBALIZACIÓN

La globalización ha sido un proceso que ha venido desarrollándose durante casi un siglo y su final no será de la noche a la mañana. Es probable que evolucione y cambie a diferentes formas.

Algunos analistas consideran probable que se pase a un comercio más regional, mientras que otros han identificado tendencias a alianzas basadas en valores. En donde países con visiones del mundo similares comercian entre ellos a pesar de las distancias geográficas.

Pero es importante aclarar que a pesar de las fases que ha venido viviendo la desglobalización, su final no está garantizado. De hecho, la relación del comercio mundial con respecto a la economía muestra un estancamiento y no propiamente un retroceso.

Además, la historia no es igual para todos los países y mientras que las economías más grandes están reconsiderando su posición respecto a la globalización o viéndose forzadas a hacerlo por las circunstancias, otros verán su comercio internacional incrementar radicalmente en los próximos años.

Como podría ser el caso de México, Vietnam e India.

Y la economía y las personas, con su capacidad de adaptación podrían darle un giro interesante a esta historia.

Si quieres conocer más sobre las tendencias económicas globales que están moldeando el mundo, te recomiendo ver este video a continuación sobre la crisis poblacional.