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CHARLIE MUNGER: El genio detrás del ÉXITO DE WARREN BUFFETT



Detrás del extraordinario éxito de Warren Buffett se encuentra un genio como pocos.

Una persona que con su sabiduría ha inspirado millones de inversionistas y empresarios.

En una vida que se extiende un siglo y que se ha visto marcada por los eventos históricos más importantes de las últimas décadas.

Esta es la historia de una de las personas más interesantes, resilientes e inteligentes que puedas encontrar.

Bienvenido a la historia de Charlie Munger.

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Primeros años

“Las personas están menos felices… Es extraño para alguien de mi edad, porque yo estaba en medio de la Gran Depresión cuando las dificultades eran inimaginables.”

Charles Thomas Munger nació el primero de enero de 1924 en Omaha, Nebraska.

Durante su juventud Charlie Munger trabajó para el abuelo de Warren Buffett en su supermercado, donde años más tarde también lo haría el mismo Warren.

Charlie trabajaba durante turnos de 12 horas sin descanso a cambio de 2 dólares al día, en algo que le sirvió para prepararse para el trabajo duro y mantener una gran ética laboral el resto de su vida.

Charlie comenzó su educación en Dundee Elementary School, donde desde muy pequeño, se destacó por retar el conocimiento de sus profesores.

Y es que Charlie siempre ha sido un ávido lector.

Y sus padres Al y Florence Munger le regalaban libros constantemente para impulsar este hábito en él.

Charlie Munger comenzó a adentrarse al mundo de los negocios desde muy pequeño, con un emprendimiento muy particular: cría de hamsters.

Los cuales vendía e intercambiaba con amigos, hasta que su madre lo obligó a parar cuando el olor de su pequeña granja de 35 se volvió insoportable.

Charlie, como muchas personas que crecieron durante esa época, fue marcado por la gran depresión que comenzó en 1929.

Omaha no fue indiferente, y Charlie recuerda las personas ofreciendo su trabajo a cambio de comida y decenas de indigentes vagando por las calles.

En 1941 Charlie Munger se graduó de la secundaria y comenzó a estudiar matemáticas y física en la universidad de Michigan, al verse atraído por la lógica numérica de estas ciencias.

Al terminar su segundo año en la universidad y cumplir 19 años, Charlie se unió al Cuerpo Aéreo del Ejército, en un programa donde alcanzaría el rango de teniente segundo.

Como parte del programa, Charlie asistió a Caltech en Pasadena California, en donde estudió meteorología.

Su conocimiento era usado para autorizar el despegue de aviones durante la segunda guerra mundial.

Y en donde aplicaría uno de los principios que había aprendido estudiando matemáticas: Invertir siempre.

Charlie Munger tiene una forma particular de pensar y solucionar problemas, que no se basa en enfrentarlos de frente sino de manera invertida.

Y en su trabajo en el ejército, para poder evitar la mayor cantidad de accidentes, planteo el problema de manera invertida, es decir, preguntándose cómo podría provocar la mayor cantidad de accidentes, y con este conocimiento evitar esas situaciones a toda costa.

Una metodología que ha continuado aplicando y recomendado a lo largo de su vida.

Mientras estaba en el ejército, se casó con Nancy Huggings y en 1946 tuvieron su primer hijo: Teddy, poco tiempo después de terminar su servicio en el ejército.

Y Charlie pasaría a estudiar derecho en Harvard, siguiendo los pasos de su padre y abuelo, ambos abogados.

Charlie Munger tuvo pocos problemas en Harvard, sin embargo, al igual que con sus profesores cuando era pequeño, su extenso conocimiento y alto coeficiente intelectual hacían que fuera molesto para muchas personas en su entorno.

Décadas después, su forma de hablar sin el más mínimo filtro es una de sus características más apreciadas.

Charlie Munger se graduó con honores en 1948 y se mudó con su familia, ahora de tres hijos, al sur de California, en donde se unió a la firma de abogados Wrigth y Garrett.

El periodo más difícil para Charlie

«La vida tendrá golpes terribles, golpes horribles, golpes injustos. Y algunas personas se recuperan y otras no. Y ahí es donde creo que la actitud de Epicteto es la mejor. Él pensaba que cada oportunidad perdida en la vida era una oportunidad para comportarse bien, cada oportunidad perdida en la vida era una oportunidad para aprender algo, y que tu deber no era sumergirte en la autocompasión, sino utilizar el terrible golpe de manera constructiva. Esa es una muy buena idea.»

A inicios de los 50’s Charlie Munger vivió uno de los periodos más difíciles de su vida, cuando después de divorciarse de Nancy en 1953, su hijo Teddy sería diagnosticado con leucemia.

Esta enfermedad, para la que no había ninguna cura en el momento, terminaría con la vida de su hijo.

Durante la enfermedad Charlie lo visitaba en el hospital para después caminar llorando durante horas por las calles de Pasadena.

Y aunque el divorcio y el tratamiento de su hijo lo había dejado en la ruina, Charlie no dejó que esta difícil situación le impidiera retomar el camino y continuar avanzando en su vida.

Retomando el rumbo

“Constantemente veo a personas ascender en la vida que no son las más inteligentes, a veces ni siquiera las más diligentes, pero son máquinas de aprendizaje.”

Después de su divorcio, Charlie Munger se casó con Nancy Barry Borthwick en 1956 y se mudó a Los Angeles.

Charlie trabajaba largas horas para su firma de abogados, pero sentía que no ganaba suficiente para su creciente familia, que, con las dos hijas de Nancy, ahora era de 8 hijos.

Por lo que comenzó a invertir por su cuenta, principalmente en negocios de sus clientes, en los que tenía un gran conocimiento.

Además, comenzó a invertir en bienes raíces, en donde uno de sus primeros emprendimientos fue construir apartamentos en Pasadena, con uno de sus clientes y amigos Otis Booth.

El éxito de ambos los llevó a más proyectos y a expandirse a más lugares de California como Alhambra.

Charlie Munger reinvertía las ganancias que estaba obteniendo, de forma que pudiera participar en proyectos cada vez más grandes.

Para 1964 había acumulado más de 1.4 millones de dólares gracias a proyectos de bienes raíces.

En 1962 Charlie formó su propia firma de abogados llamada Munger, Tolles y Hills.

Sin embargo, este no era el objetivo de largo plazo de Charlie, que buscaba dedicarse por completo a las inversiones.

En especial, después de haber conocido una persona particular, que lo había convencido de esto: Warren Buffett.

Warren Buffett

La muerte de su padre llevó a Charlie Munger a visitar Omaha en 1959.

Allí, uno de los amigos de su padre, el Dr. Davis y su esposa, invitaron a Charlie a una cena en su casa, porque querían que conociera a alguien.

Esa persona era nada menos que Warren Buffett, a quien los Davis encontraban supremamente similar a Charlie.

Incluso, el Dr. Davis había sido uno de los primeros inversionistas del fondo de Warren Buffett, porque le recordaba a Charlie.

Cuando los dos se conocieron hablaron durante horas, ignorando a todas las demás personas, y Warren le dijo a Charlie que una persona como él no debería perder el tiempo como abogado si quería realmente hacer una gran cantidad de dinero.

Charlie Munger y Warren Buffett se mantuvieron en contacto compartiendo ideas de inversión y años después Charlie crearía su propio empresa de inversiones con su amigo Jack Wheeler.

Cuando se conocieron Warren tenía 29 años y Charlie 35 y ambos terminaron por ser una enorme influencia en la forma de pensar y de invertir del otro.

Buffett Partnership, el vehículo de inversión de Warren en esos momentos usó la firma de abogados de Charlie para sus tratos y esto le ayudó a Charlie a atraer más clientes.

Charlie abandonó la firma como miembro activo en 1965, pero su nombre e influencia permanecen en ella.

Cuando dejó la firma transfirió su parte de la propiedad a la familia de uno de los socios fundadores, quien había dejado a una esposa y dos hijos cuando murió de cáncer.

La firma de inversiones que llevaba con Jack Wheeler fue todo un éxito y desde 1962 hasta 1975 obtuvo una rentabilidad promedio anual de casi el 20%, mientras el Dow Jones obtuvo un incremento del 5% anual en promedio durante el mismo periodo.

Charlie y Warren compartieron una inversión en blue chips stamps.

Esta empresa entregaba estampillas llamadas «Blue Chips» a los clientes como recompensa por sus compras en tiendas asociadas.

Estas estampillas se pegaban en libros de ahorro y, cuando se llenaba un libro, se podían canjear por una variedad de productos disponibles en un catálogo de premios.

Blue Chip Stamps incentivaba la lealtad del cliente a través de la acumulación y canje de estampillas.

Warren se convirtió en el mayor accionista y Charlie en el segundo.

Charlie Munger no quería seguir manejando el dinero de las personas después de un periodo difícil en 1973 y 1974, y decidió cerrar su fondo en 1975.

Como parte de la liquidación, los inversionistas recibieron una porción de las acciones en las que había invertido el fondo, principalmente en Blue Chips Stamps.

Warren Buffett, que también había cerrado su partnership, ahora manejaba sus inversiones a través de Berkshire Hathaway, una textilera en decadencia.

Warren había estado cerrando las operaciones de esta empresa y usando el dinero para otras inversiones, entre las que estaba Blue Chips Stamps.

Charlie Munger recibió acciones de Berkshire a cambio de sus acciones de blue chips y el dúo finalmente oficializaría su sociedad.

Una de las más rentables de la historia.

Estilo de inversión

“Creo que todas las buenas inversiones son inversiones de valor, y es solo que algunas personas buscan valores en empresas sólidas y otras buscan valores en empresas débiles, pero cada inversor de valor intenta obtener más valor del que paga.”

Warren Buffett había aprendido su estilo de inversión principalmente de Benjamin Graham y durante años fue exitoso con su estrategia de “colillas de cigarro”.

Esta estrategia se basa en comprar acciones de empresas sumamente subvaloradas para liquidarlas o esperando que el mercado corrija su precio.

Aunque Charlie también fue influenciado por las enseñanzas de Benjamin Graham, vio algunas falencias en su filosofía de inversión.

Por un lado, la consideraba como excesivamente precavida y fruto de las dificultades que Graham, como muchas personas de su época, vivieron durante la gran depresión.

Por otro lado, veía en la aplicación que Warren Buffett le estaba dando un problema, porque no era escalable y conforme más dinero acumulara Berkshire, más difícil sería de aplicar.

Charlie Munger cambió la manera en la que Warren estaba manejando Berkshire y Warren pasó de enfocarse en empresas mediocres a precios bajos, a empresas excepcionales a precios justos.

Aunque Charlie es modesto y afirma que Warren hubiera cambiado su estilo de inversión así no lo hubiera conocido, esta transformación lo llevó a recibir el nombre del arquitecto de Berkshire Hathway.

Cuando Charlie recibió las acciones de Berkshire a cambio de las acciones de Blue Chip Stamps, la acción de Berkshire valía 38 USD, mientras que a junio de 2023 la acción tiene un precio de 514.000 dólares.

Y Berkshire, una textilera que estaba destinada a desaparecer, ahora se encuentra entre las 10 empresas más valiosas del mundo con un valor de 740 mil millones.

La filosofía de Berkshire se basa en la adquisición de buenos negocios, que son manejados de manera descentralizada.

Charlie Munger y Warren Buffett se han opuesto participar de manera activa en la forma en la que un empresa es operada, sin embargo, sí están dispuestos a manejar el excedente de capital de esa empresa.

Porque al haber creado una amplia red de negocios, pueden tomar el capital de uno para reinvertirlo en otro con mejores prospectos.

Y por esta razón, en los inicios de esta sociedad se vieron atraídos a empresas como Sees Candy.

Sees Candy es una empresa fundada por Charles See y su esposa Florence en Los Angeles en 1921 y enormemente reconocida en la costa oeste de Estados Unidos.

Charlie Munger y Warren Buffett vieron que Sees Candy era una empresa con una gran capacidad de generar efectivo y que además requería una reinversión muy baja.

Lo que les permitía tomar este dinero y reinvertirlo en otros negocios, sin sacrificar el crecimiento de Sees Candy.

Poco tiempo después de la adquisición, una empresa llamada Russell Stover, intentó copiar el estilo de las tiendas de Sees Candy.

Pero Charlie actuó rápidamente y conformó un grupo de abogados para demandar a esta empresa y asegurarse que esto no continuara.

Como efectivamente sucedió, Russell frenó estas prácticas y ninguna otra empresa volvió a intentar algo similar.

La estructura de Berkshire explica por qué Charlie Munger y Warren Buffett se vieron atraídos a negocios como el de los diarios.

Que al igual que Sees Candy, son negocios que requieren poca reinversión y antes del internet, eran unas máquinas de generar efectivo, que podían usar en otros negocios.

Pero tomar el dinero de un negocio para invertir en otro rápidamente se prestó para formar una compleja red de inversiones.

Que generó alarmas en la SEC cuando en 1974 Warren Buffett y Charlie Munger realizaron la compra de Wesco, un banco de California.

Este banco estaba por ser adquirido por otro banco, que al ver esto puso una queja que provocó el inicio de una investigación por parte de la SEC.

Sin embargo, Charlie y Warren lograron evitar cualquier tipo de imputación y solo tuvieron que pagar una multa de 100.000 dólares.

Al igual que Warren, Charlie se opone a diversificar, y en el portafolio que maneja para Berkshire Hathaway y para The Daily Journal solo mantiene unas cuantas empresas. Aunque el portafolio de Charlie en Berkshire no es posible conocerlo exactamente, en el de Daily Journal solo tiene 4 empresas: Bank of america, Wells Fargo, Alibaba y US Bank Corp.

Charlie Munger se unió al Daily Journal en 1977 y es el presidente de la junta directiva.

A pesar de ser en su origen un diario, en los últimos 40 años la acción de esta empresa se ha multiplicado por más de 40, en gran medida gracias al manejo que Charlie le ha dado a su portafolio.

Charlie ha sido un fuerte crítico de las escuelas de negocios y de las fórmulas financieras, que considera completamente inútiles.

Al igual que Warren, evita cualquier tipo de cálculo complejo a la hora de tomar una decisión y prefiere un enfoque basado en el costo de oportunidad.

En donde evalúa cientos de opciones de inversión para determinar cuál es la más favorable.

Charlie no piensa en términos de que una inversión es buena o mala por la rentabilidad esperada que pueda dar, sino que es buena o mala comparada con otras.

Charlie, además, como parte de su pensamiento inverso, considera que para tener éxito en las inversiones es necesario evitar estupideces, más que lograr ser brillante.

Y que la rentabilidad no está en estar activo constantemente en el mercado, sino en esperar, tener paciencia y confiar en las inversiones que se han hecho.

Su sentido común ha servido para que sus consejos sean buscados más allá de las inversiones y también sea muy escuchado en los negocios, finanzas personales y psicología.

Consejos

“Al igual que Warren, tenía una pasión considerable por hacerme rico, no porque quisiera Ferraris, quería la independencia. Lo quería desesperadamente.”

Charlie Munger no habría alcanzado el éxito que logró si no hubiera podido contar con suficiente dinero para que la rentabilidad que obtenía en el mercado fuera suficiente para vivir y poder sostener una familia de 8 hijos.

Charlie, como podrás imaginarte por su personalidad, no era muy fanático de buscar personas para invertir en su fondo y siempre se sintió más cómodo manejando su propio dinero.

Por eso Charlie siempre ha hecho énfasis en la importancia de no gastar en exceso y de evitar los lujos y cosas banales de la vida.

El dinero es útil porque da libertad, no porque permita conseguir lujos.

Y Charlie deja claro que a diferencia de otros emprendedores, él no fue valiente, y se aseguró de tener una gran cantidad de ahorros antes de abandonar su firma de abogados para dedicarse completamente a las inversiones.

Y afortunadamente sus enseñanzas en el manejo del dinero pueden resumirse de manera muy simple, nunca gastes más de tu ingreso.

Sesgos cognitivos

“La envidia es un pecado realmente estúpido porque es el único con el que nunca podrías divertirte. Hay mucho dolor y nada de diversión.”

Charlie Munger es un ávido estudiante de psicología y considera que el estudio de la economía y en general de las ciencias sociales, sin considerar la psicología es absurdo y lleva al error al académico y a las pérdidas al inversionista y empresario.

Por eso, un estudio de la vida y la forma de pensar de Charlie no puede dejar de lado una de sus contribuciones más importantes.

La charla que dio en Harvard, en 1995 sobre la psicología del error de juicio humano.

Estos son los principales sesgos cognitivos que Charlie menciona en esta charla, una lista que comenzó a construir cuando completó sus estudios en Harvard y que le ha ayudado enormemente en su carrera para evitar la irracionalidad que lo rodeaba.

Primero: Subestimar el poder de los incentivos.

Los resultados que se obtienen están asociados en gran medida a aquello que se está incentivando.

Charlie usa el caso de Fedex para explicar este sesgo.

Fedex requería procesar sus paquetes de manera centralizada en poco tiempo para que su operación tuviera éxito y no lo estaba logrando.

Después de muchos intentos fallidos, el cambio de pagarle a los empleados por turnos y no por horas, terminó siendo la solución.

Porque el incentivo ahora era terminar en el menor tiempo posible e irse a casa, en vez completar más horas para recibir más pago.

Segundo: No aceptar la realidad porque es muy dolorosa de afrontar.

Tercero: Buscar resolver disonancias cognitivas rápidamente.

Este sesgo hace referencia a la necesidad de las personas por buscar explicaciones rápidas a dudas y preguntas.

Además de cerrarse a la posibilidad de nuevas ideas y la conservación de conclusiones previas.

Cuarto: Asociación.

Este es el sesgo cognitivo más usado por la publicidad, en donde las empresas buscan que su marca sea asociada con cosas positivas, y evitan a toda costa que sea asociada con cosas negativas.

Es además, un sesgo que empresarios y economistas deben conocer para entender el comportamiento de las personas.

Porque por ejemplo, cuando un precio es alto, muchas veces es asociado con una mayor calidad del producto.

Provocando que contrario a la teoría económica normal, en donde un mayor precio lleva a una menor demanda, suceda exactamente lo opuesto.

Quinto: Exceso de reciprocidad.

Las personas tienen una tendencia a ser recíprocos en exceso, cuando se les da algo.

No es coincidencia que en salas de ventas de casas, vehículos y otros productos caros, se den regalos a los clientes potenciales.

Si quieres vender más, pon atención a este sesgo.

Si quieres mantenerte racional en tus compras, pon atención a este sesgo.

Sexto: Influencia social.

Es la tendencia de las personas a actuar como la mayoría, y usar el comportamiento de otros como prueba de validez.

Charlie pone como ejemplo la época en la que Exxon Mobil adquirió una empresa de fertilizantes.

Acto seguido, otras petroleras comenzaron a imitarlos, con resultados bastante malos.

También puede verse en prácticamente todas las burbujas financieras.

Séptimo: Influencia de la autoridad.

Es la tendencia a atribuir mayor credibilidad a la información de figuras de autoridad o expertos.

Y se extiende a obedecer a figuras de autoridad, incluso cuando la evidencia muestra claramente que están equivocados.

Charlie pone el ejemplo de un ejercicio de simulación en aviación, en donde el 25% de las veces, cuando el piloto comete un error fatal obvio, el copiloto no lo corrige y termina en un accidente en la simulación.

Octavo: Escasez y pérdida.

Es la tendencia de las personas a reaccionar excesivamente ante lo que pierden o esperaban obtener y no obtienen.

Noveno: Dependencia química.

Es el sesgo fruto de la dependencia al alcohol y las drogas.

Décimo: Sobreestimación a lo propio.

Es la tendencia de las personas a sobreestimar sus propias ideas.

Porque para el hombre que solo tiene un martillo, todos los problemas parecen clavos.

Undécimo: Sobre ponderación a la información disponible.

Es la tendencia de las personas a calcular mal las probabilidades y a tomar la poca información que se tiene como la verdadera.

Es también la asociación que lleva a considerar aquello que está disponible como mejor.

Un sesgo que de acuerdo con Charlie, Coca-cola ha sabido explotar muy bien al asegurar cadenas de suministro en todo el mundo, que hacen que puedas tomarte una coca cola incluso en Cuba, así no lo creas.

Duodécimo: Efecto loolapaloza.

Es el resultado que se obtiene cuando se combinan una gran cantidad de sesgos al mismo tiempo.

Si alguna vez te encuentras en un culto y te preguntas cómo terminaste ahí.

Es por una hábil explotación de tus ahora lideres de varios de tus sesgos cognitivos.