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Tal vez te hayas podido familiarizar con el mundo de Sillicon Valley gracias a películas como Social Network, Pirates of Sillicon Valley, las películas biográficas de Steve Jobs, entre otras.

Y gracias a esto hayas podido ver que es ahí donde los más grandes emprendimientos se han dado y donde las fortunas más grandes del mundo se han formado.

Por esto, no es de sorprender que miles de jóvenes sueñen con crear el próximo Facebook, Google, Microsoft y convertirse en el siguiente Steve Jobs, Bill Gates o Mark Zuckerberg.

Obviamente son muy pocos los que llegan a tener un éxito de este nivel, sin embargo, muchos logran obtener suficiente dinero para que haber intentado las cosas en Sillicon Valley haya valido la pena.

Y por supuesto, está el otro lado de la moneda, los que fracasan o los que se ven con un gran potencial y finalmente este termina desvaneciéndose.

Hoy te contaré la historia de uno de estos casos, de una persona que llegó a ser considerada por los medios como el nuevo Steve Jobs y su empresa como el siguiente Facebook.

La persona de la que se esperaba que cambiara el mundo y que nada más terminó siendo una persona que podría pasar las próximas décadas en la cárcel en lo que constituye en el que es probablemente el peor emprendimiento de la historia: Theranos.

Elizabeth Holmes nació en Washington D.C. en 1984. Desde muy pequeña tenía algo claro, quería seria ser multimillonaria y cambiar el mundo para bien en el proceso y de acuerdo a prácticamente todas las personas que tuvieron la oportunidad de conocerla, lo iba a lograr, ya que era una joven brillante y carismática.

En el 2001 Elizabeth comienza a estudiar Ingeniería Química en Stanford, sin embargo, antes de terminar su carrera decide retirarse para crear una compañía de tecnología de la salud.

Elizabeth comenzó la que más adelante sería Theranos, que obtiene su nombre de la combinación de therapy y diagnosis. Esta compañía buscaba crear tecnología que permitiera hacer análisis de sangre usando una pequeña cantidad y recolectar toda la información que fuera posible sobre la salud de la persona con el fin de tratar a tiempo enfermedades y padecimientos.

A pesar de que sus profesores y otros expertos en el tema le advirtieron que algo así era imposible, debido en parte a las diferencias entre los métodos para determinar nivel de glucosa en la sangre, nivel de colesterol, hormonas, entre otros y además a la necesidad de tener una muestra de sangre considerable en algunos casos para poder realizar estas pruebas, mientras que el ideal de Elizabeth era usar una cantidad mínima y además evitar usar agujas.

Hasta este punto la historia de Elizabeth no se diferencia en nada con la de los principales emprendedores del mundo de la tecnología, que tenían una idea y objetivos revolucionarios que todos a su alrededor les dijeron que eran imposibles de cumplir, sin embargo, rápidamente el camino terminaría cambiando radicalmente.

Después de recibir dinero de capital de riesgo y de emprendedores como Larry Ellison, fundador de Oracle, la compañía comenzó su expansión, llegando a recoger casi 100 millones y convirtiendo a Elizabeth en una de las jóvenes más ricas del mundo.

Sin embargo, Theranos logró esto sin un desarrollo significativo de su tecnología y fue más gracias a la visión de Elizabeth y su capacidad para transmitirla que más empresas estaban dispuestas a hacer tratos con ella.

Pero fue aquí donde Elizabeth comenzó a desviar su camino, al igual que muchos emprendedores del mundo de la tecnología se comprometió con entregas de productos que aún no tenía pero que esperaba desarrollar y con el fin de mantener contentos a los inversionistas y a las empresas que querían prestar servicios con los productos de Theranos, Elizabeth comenzó a mentir acerca del estado de la tecnología de su emprendimiento.

Además de esto, administrativamente Theranos tenía muchas dificultades, mientras que para las empresas normales de tecnología es de esperar que sus empleados trabajen excesivamente durante los primeros años con el fin de que la empresa salga a flote y puedan vender sus acciones y volverse ricos, en el caso de Theranos muchos eran personas mayores que ya habían hecho suficiente dinero gracias a su trabajo en otras compañías de tecnología o eran personas mayores que habían trabajado en el área de salud.

Esto dificultaba que todos trabajaran todo el tiempo, más allá de lo que se trabaja en un empleo normal y esto se volvió una obsesión para Elizabeth, que llegó al punto de ofrecer cenas a las 8 de la noche para que los empleados se quedaran hasta tarde en el trabajo, cometiendo el error de premiar más el tiempo que se pasaba en la oficina que lo que efectivamente se hacía.

Y las promesas que la compañía hacía, completamente alejadas de la realidad, hizo que muchos empleados protestaran o se quejaran y eran rápidamente despedidos, generando una rotación de personal muy alta.

Todos eran además obligados a borrar todos los correos y firmar acuerdos de confidencialidad extremos a riesgo de no ser demandados por la empresa.

En medio de todo esto Elizabeth comenzó a adoptar una vestimenta muy similar a Steve Jobs, quien era un ídolo para ella y comenzó a aparecer frecuentemente en entrevistas, eventos y relacionarse con grandes personalidades como Bill Clinton, Henry Kissinger, Carlos Slim, entre muchos otros.

Esto generaba confianza en las empresas que tenían tratos con Theranos y alimentó más el engaño, porque la realidad es que los avances tecnológicos eran casi nulos.

Eventualmente, una serie de reportajes produjeron que la verdad saliera a flote y que los equipos que había desarrollado Theranos no solo no eran confiables en sus mediciones sino que requerían cantidades de sangre iguales a las de laboratorios normales y además tardaban demasiado en entregar resultados que no eran confiables.

Se conoció además que muchos de los inversionistas habían sido engañados y que mucha de la información que habían recibido de la empresa para invertir en ella era falsa. Esto produjo que demandas y juicios obligaran a Elizabeth a cerrar la empresa y ahora está en un proceso legal que podría dejarla varios años en la cárcel.

Estos reportajes terminaron en el libro Bad Blood. Un libro que aparece constantemente entre los recomendados para emprendedores y en el que nos basamos para escribir este artículo.

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